En los artículos de años anteriores expliqué algunos aspectos referentes a la repoblación de Mecina Alfahar después de la expulsión de los moriscos de 1568, hechos que tal y como se comentó influyeron decisivamente en la configuración de Mecina tal y como hoy la conocemos. Estas preciosas informaciones procedían del Libro de Apeo y Repartimiento de Mecina Alfahar, sin duda uno de los documentos más importantes para conocer la historia de nuestro pueblo.
En el artículo de este año intentaré continuar aportando nuevas informaciones sobre Mecina pero esta vez de un periodo histórico más cercano en el tiempo, en concreto del siglo XVIII, y en particular provenientes del estudio de otro de los documentos más importantes para conocer nuestra historia, como es el Catastro de Ensenada.
El Catastro del Marqués de la Ensenada fue una iniciativa impulsada por el ministro de Hacienda del rey Fernando VI (1746-1759) como paso previo a una reforma fiscal que tenía como objetivo sustituir las complicadas e injustas rentas provinciales por un solo impuesto, la llamada Única Contribución. Este impuesto único, que podríamos comparar al actual IRPF, no llegó a implantarse, pero ha dejado un importante volumen de documentación en nuestros archivos, que constituye la más antigua y exhaustiva encuesta disponible sobre los pueblos de la Corona de Castilla a mediados del siglo XVIII.
La documentación del Catastro de Ensenada se puede dividir en dos grandes bloques, las llamadas “Respuestas Generales” y las “Respuestas Particulares”. Las Respuestas Generales recogen las respuestas proporcionadas por las autoridades locales de cada lugar a un cuestionario, denominado “Interrogatorio”, común para todas las poblaciones, y publicado en el Real Decreto de 10 de octubre de 1749. Constaba de 40 preguntas sobre el nombre, límites, jurisdicción, número de vecinos, fuentes de riqueza de los vecinos y el concejo, incluyendo campos, casas, cultivos, ganadería, comercio e industria. En cambio, las Respuestas Particulares recogen las informaciones individuales referentes a cada vecino del lugar, incluyendo su nombre y el listado detallado de sus bienes. Las Respuestas Particulares se dividen a su vez en dos partes, el “Vecindario” donde aparece un listado de los vecinos del lugar agrupado por unidades familiares, y el denominado “Libro de bienes” donde se recoge, propietario por propietario, un listado detallado de todas sus propiedades y del valor de las mismas.
El Catastro de Ensenada de Mecina Alfahar se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Granada y aunque en su momento debió de existir también una copia en el propio ayuntamiento actualmente no se conserva, a diferencia de lo que ocurre con las de Válor y Nechite que sí han llegado hasta nosotros.
Los trámites para la realización del Catastro de Ensenada de Mecina se iniciaron el 19 de noviembre de 1750 cuando el Sr. Ldo. D. Juan Francisco de Córdova y Peralta, regente de Alcalde Mayor del partido de las Alpujarras y juez subdelegado por el intendente provincial, mandó que se fijase en la plaza pública del pueblo el edicto contenido en el Real Decreto para que en el plazo de tres días todos los vecinos del lugar entregasen sus relaciones firmadas con el listado de sus bienes y de las personas que formaban sus familias. Así mismo, esa misma tarde convocó al cura del pueblo, que era el Ldo. D. Juan Covo, y a los componentes del ayuntamiento para dar inicio a los trámites y nombrar de entre los vecinos a tres peritos. En aquel momento el ayuntamiento de Mecina Alfahar estaba formado por Baltasar Covo y Joseph Rodríguez, alcaldes ordinarios, Juan Molina y Francisco Ximénez, regidores, y Diego Rodríguez, escribano del concejo. Todos ellos nombraron por peritos a Juan González, Pedro Estevan y Francisco López, vecinos y labradores del lugar.
La extensión de este artículo hace imposible incluir un resumen exhaustivo del contenido del Catastro, ni siquiera de las respuestas generales, por lo que he tratado de exponer brevemente las informaciones más interesantes.
Las primeras preguntas de las Respuestas Generales nos permiten obtener ya una descripción general de cómo era Mecina hace 260 años. Los miembros del ayuntamiento y los peritos indicaron que el pueblo se llamaba “Mezina de Alfahar” y que era de realengo. A continuación proporcionaron los datos sobre la extensión y forma del término municipal, así como las lindes con los otros pueblos colindantes, lo que permitió incluir en el Catastro el que probablemente sea el plano más antiguo de Mecina Alfahar. Como podemos ver en la fotografía adjunta, el plano no es muy detallado pero permite distinguir claramente los barrios del pueblo, alto y bajo, las acequias principales, algunos pagos (por ejemplo Turrillas, el Fex y la Carada) y la posición de los tres molinos que existían en aquel momento.
Efectivamente en 1750 existían tres molinos en Mecina, uno harinero de agua y dos almazaras, de las que una era de agua y la otra de sangre, es decir, accionada por un animal. Los dos molinos de agua eran propiedad del ayuntamiento, gracias a la merced concedida por el rey Felipe II a todos los lugares de las Alpujarras durante la repoblación, y producían unos 750 reales libres de gastos cada año. La almazara de sangre era propiedad de D. Felipe Manuel, vecino de Ugíjar, y miembro de uno de los linajes más importantes de la Alpujarra, descendiente del escribano mayor de la Alpujarra Pedro López de Arellano. D. Felipe Manuel es sin duda el mayor terrateniente del pueblo, siendo propietario de cuatro casas, entre ellas el cortijo de Turrillas, y de un gran número de fincas que le proporcionaban una hacienda total valorada en casi 71.000 reales.
Respecto a la tierra del pueblo declararon que había tanto de regadío como de secano, junto con algún monte bajo y algunas terreras. El cultivo principal del regadío era el trigo seguido del maíz, aunque también se intercalaban en las fincas morales, higueras, olivos y algunos parrales, formando una superficie de total de 960 celemines, equivalente a unas 29 hectáreas, de los que se obtenía una cosecha anual valorada en unos 40.200 reales de vellón. En cambio, la superficie de secano era mucho más pequeña, unas 22 fanegas, equivalente a unas 8.5 hectáreas, en las que se sembraba sólo trigo y se obtenía una cosecha cada tres años. Finalmente, se indica que también existían 5 fanegas de tierra sembradas de viñas que llegaban a producir 20 arrobas de mosto al año.
El ganado parece que era poco relevante en el pueblo ya que sólo un vecino, Juan González, disponía de un rebaño significativo, formado por 120 cabras. Curiosamente en el pueblo no había ni ovejas ni colmenas, y las vacas que había se utilizaban para el trabajo en el campo junto con los burros, mucho más abundantes que los mulos.
En el momento de la realización del Catastro vivían en Mecina Alfahar 203 personas, 114 hombres y 89 mujeres, con una edad media de 27 años. Todos estos vecinos vivían en 46 casas, distribuidas en los dos barrios del pueblo, el Barrio Alto y el Barrio Bajo. Como vemos la población era bastante joven, como lo ratifica el hecho de que más del 60% era menor de 30 años y que sólo un 12% fuese mayor de 50 años. La persona más anciana era Juan de las Eras, viudo, de 85 años, pobre de solemnidad y residente en el Barrio Alto.
La gran mayoría de vecinos útiles del pueblo eran labradores que cultivan sus propias tierras por lo que prácticamente no había jornaleros, de hecho sólo aparece uno en el vecindario. Aparte de algunos mozos o criados, hay entre los vecinos un molinero, Cayetano de Ortega, de 39 años de edad, residente en el Barrio Alto con su mujer e hijos.
A diferencia de lo que ocurría en la mayoría de pueblos en Mecina no vivía entonces ningún eclesiástico, aunque algunos de otros pueblos sí tenían propiedades en su termino. En aquel entonces Mecina Alfahar era un anejo de la parroquia de Nechite, lugar donde también vivía el cura.
En Mecina tampoco había médico y según parece los vecinos del pueblo utilizaban los servicios del cirujano Joseph Donaire, vecino de Nechite.
Finalmente, otro dato interesante que aparece entre las informaciones del Catastro de Ensenada es acerca del patrón del pueblo. En la pregunta número 25, donde se preguntaba sobre los gastos del ayuntamiento, respondieron que entre otros cada año se producían ciertos gastos en las fiestas de San Sebastián, patrón del pueblo. Por lo tanto, todo parece indicar que San Antón, cuyas fiestas celebramos estos días, sustituyó en algún momento posterior a San Sebastián como patrón de nuestro pueblo.
Francisco José Cano Hila
Mecina Alfahar 25 de noviembre de 2009
Quisiera saber de dónde se ha sacado la información de que el escribano mayor de las Alpujarras era Pedro López de Arellano.
ResponderEliminarGracias.
Hola María José:
ResponderEliminarLa información sobre Pedro López de Arellano la he obtenido de diversas fuentes, principalmente de expedientes matrimoniales (disponibles en el Archivo Diocesano de Granada), de un manuscrito inédito de sobre la historia de la Alpujarra (disponible en la Real Academia de la Historia) y algunos pleitos de la Chancillería de Granada.
Te respondo con más detalles a tu correo.
Saludos y gracias por tu interés.
Buenas tardes, me ha encantado su artículo. Me gustaría saber si usted me podría dar información de dónde se encuentra el cortijo que pertenecía a los yeseros de mecina de alfahar allá por 1930 y si actualmente sabe a quién pertenece o alguna seña para localizarles. Muchas gracias.
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